Síntomas de la ansiedad
Todos sentimos ansiedad y estrés de vez en cuando y podemos necesitar ayuda en caso de sufrir sus síntomas. Parece que hay algunas situaciones que pueden generarlos como:
– tener que ajustarse a plazos de entrega
– obligaciones sociales importantes
– conducir con mucho tráfico.
Esta ansiedad leve puede ayudar a mantenernos alerta y concentrados para afrontar situaciones amenazadoras o difíciles.
Por lo general la persona que padece un problema de ansiedad muestra cambios en su comportamiento. Estos cambios pueden ser una consecuencia de la ansiedad, o pueden ser un intento de disimular o esconder el problema (en caso de que la persona sienta vergüenza, miedo al rechazo, o no quiera otros se preocupen). Algunos ejemplos de estos cambios de comportamiento pueden ser: disminución del interés por realizar determinadas actividades, excusas, irritabilidad, cambios de humor, retraimiento, evitación de algunas situaciones, búsqueda de mayores condiciones de seguridad, actitudes defensivas (vigilancia, suspicacia, susceptibilidad).
Pero las personas que tienen miedo excesivo y preocupaciones permanentes, pueden estar enfrentándose a trastornos de ansiedad. La frecuencia e intensidad de este tipo de ansiedad es, a menudo incapacitante e interfiere con actividades de la vida diaria. Sin embargo, con un tratamiento adecuado y eficaz, las personas que sufren estos trastornos pueden llevar vidas normales.
Los síntomas como el temor extremo, falta de aire, taquicardia, insomnio, nauseas, temblores y mareos son comunes en estos trastornos de ansiedad. Aunque pueden producirse en cualquier momento, los trastornos de ansiedad surgen con frecuencia en la adolescencia o en el inicio de la edad adulta. Algunos estudios demuestran que los trastornos de ansiedad son hereditarios. Aparentemente los genes, así como las primeras experiencias de aprendizaje en las familias, hacen que algunas personas sean más propensas que otras a padecer estos trastornos.
¿Por qué es importante buscar tratamiento para estos trastornos?
Si no se tratan, los trastornos de ansiedad pueden tener consecuencias graves. Algunas personas que tienen ataques de pánico recurrentes evitan a toda costa ponerse en situaciones que temen podrían desencadenar un ataque. Este comportamiento evitativo puede crear problemas si está en conflicto con obligaciones laborales, familiares u otras actividades básicas de la vida diaria.
Muchas personas que tienen trastornos de ansiedad no tratados son propensas a otros trastornos psicológicos, como la depresión. Tienen una mayor tendencia al abuso de alcohol y otras drogas. Sus relaciones con familiares, amigos y compañeros de trabajo pueden volverse tensas y su rendimiento laboral disminuir.
Algunas orientaciones para buscar recursos
Informarse. La información dota de sentido a las cosas, aumenta nuestro nivel de conocimiento y facilita la toma de decisiones.
En este caso, las primeras dos fuentes de información podrían ser:
- La persona que sufre el problema: escuchar de forma activa a la persona que sufre el problema de ansiedad e intentar comprender lo que le está pasando.
- Documentos especializados de carácter divulgativo: en libros técnicos divulgativos, o en páginas web acreditadas de instituciones o profesionales reconocidos.
Contener, hacerse depositario de la situación problemática. Mantener una actitud empática, ser capaz de ponerse en el marco de referencia de la persona que está sufriendo, y mostrarse dispuesto a ayudar.
Esto Implica:
- Una actitud de entendimiento,
- Hacerse depositario, ofrecerse a compartir para descargar a la otra persona.
- Evitar la trivialización y las descalificaciones.
- Evitar la culpabilización.
- No dramatizar o angustiarse tanto o más que la otra persona.
- Ayudar a concretar las situaciones.
- Generar expectativas realistas de solución.
Brindar apoyo genera reducción de los factores estresantes, el incremento de la sensación de satisfacción y la reducción de los sentimientos de ansiedad y depresión.
Apoyar, ¿de qué modo?:
- Animar a la persona a enfrentarse progresivamente a los miedos y a las situaciones y circunstancias que los ocasionan.
- Estar muy atento a los argumentos que sostiene la persona.
- Demostrar satisfacción por los esfuerzos realizados y avances que se van consiguiendo, en forma de alabanzas, elogios, felicitaciones y celebraciones.
- Ofrecer ayudas, sin sobreproteger, que se retirarán a medida que mejora.
- Tratar de que los efectos perjudiciales del problema se extiendan lo menos posible.
- Evitar fuentes de estrés innecesarias que, en consecuencia puedan actuar como disparadores de su ansiedad y mantener o intensificar el problema.
Propiciar las ayudas externas, animar a consultar su problema con especialistas y facilitar información para acceder a un tratamiento adecuado.
Generar expectativas realistas de recuperación:
- Buscando algún texto de autoayuda que se adecue al caso, que aporte sugerencias o soluciones.
- Participando activamente en la búsqueda de ayuda especializada.
- Colaborando con los especialistas en la aplicación de alguna parte del programa terapéutico.
¿Cómo puede un terapeuta calificado ayudar a una persona que tiene un trastorno de ansiedad?
Los psicólogos autorizados para ejercer están altamente calificados para diagnosticar y tratar los trastornos de ansiedad. En Psicología Relacionarte conocemos y podemos utilizar una variedad de recursos, desde la terapia cognitivo-conductual al EMDR.
También los psicólogos usamos otros métodos, además de la psicoterapia individual. Por ejemplo las dinámicas de grupo, con personas que tienen un trastorno de ansiedad, son una manera eficaz de facilitar apoyo. La terapia de familia ayuda a los miembros a entender la ansiedad que siente su ser querido. A aprender nuevas formas de interactuar que no agraven su ansiedad ni los comportamientos relacionados con la misma.