Restaurar el orden social y la curación de las víctimas
El saber popular está lleno de fantasmas que se niegan a descansar en sus tumbas hasta que sus historias se cuenten. Reconocer el trauma y comenzar la recuperación; recordar y contar la verdad de los terribles sucesos son dos requisitos para la restauración del orden social y para la curación de las víctimas.
El conflicto entre la voluntad de negar los sucesos horribles y la voluntad de desvelarlos es la dialéctica central del trauma psicológico. Las personas que han sobrevivido a atrocidades a menudo cuentan su historia de una forma muy emocional, contradictoria y fragmentada. Esto socava su credibilidad y, por lo tanto, sirve al doble imperativo de la verdad y el secreto. Cuando finalmente se reconoce la verdad, los supervivientes pueden comenzar su recuperación. Pero muy a menudo el secreto prevalece. Y la historia del evento traumático no emerge como una narración verbal, sino como un síntoma.
Reconocer el trauma: síntomas y estigma
Los síntomas de angustia psicológica en las personas traumatizadas llaman la atención hacia la existencia de un secreto indescriptible y a desviar la atención de él al mismo tiempo. Esto resulta evidente en la forma en que las personas traumatizadas alternan entre mostrarse indolentes y revivir el evento. La dialéctica del trauma da lugar a alteraciones de la conciencia complicadas, a veces sorprendentes. George Orwell, uno de los defensores más comprometidos con la verdad de nuestro siglo, lo llamó “pensamiento doble”, y profesionales de la salud mental, en busca de un lenguaje preciso, llaman “disociación”. Esto da lugar a los extraños síntomas de histeria, cambiantes y dramáticos que Freud reconoció hace un siglo como expresiones disfrazadas del abuso sexual en la infancia.
Los testigos y las víctimas están sujetos a la dialéctica del trauma. Es difícil para el observador permanecer lúcido y tranquilo, ver más de unos pocos fragmentos de la imagen a la vez, retener todos los trozos y unirlos. Es aún más difícil encontrar un lenguaje que transmita de manera completa y persuasiva lo que uno ha visto. Aquellos que intentan describir las atrocidades que han presenciado también arriesgan su propia credibilidad. Hablar públicamente sobre el conocimiento de las atrocidades es una invitación al estigma que persigue a las víctimas. Es necesario reconocer el trauma y comenzar la recuperación.
Entender el pasado para reclamar el presente y el futuro
El conocimiento de acontecimientos horribles entra periódicamente en la conciencia pública, pero rara vez se conserva por mucho tiempo. La negación, la represión y la disociación operan en un contexto social e individual. El estudio del trauma psicológico tiene una historia “contracultural”. Al igual que las personas traumatizadas, se nos ha impedido el conocimiento de nuestro pasado. Y necesitamos entender el pasado lo mismo que ellas para reclamar el presente y el futuro, Por lo tanto, para una comprensión del trauma psicológico debemos comenzar a reconocer el trauma y comenzar la recuperación.
Los psicólogos clínicos conocen el momento privilegiado en que las ideas, sentimientos, y recuerdos reprimidos emergen en la conciencia. Esos momentos ocurren tanto en la historia de sociedades, como de los individuos. En la década de 1970, los diálogos del movimiento de liberación de la mujer trajeron a la conciencia pública los delitos frecuentes de la violencia contra las mujeres. Las víctimas que habían sido silenciadas comenzaron a revelar sus secretos.
Las personas que han pasado por experiencias horribles sufren un daño psicológico predecible. Existe un espectro de trastornos traumáticos, que van desde los efectos de un solo evento espantoso a los efectos más complicados del abuso prolongado y repetido. Los conceptos diagnósticos establecidos, especialmente los graves trastornos de personalidad frecuentemente diagnosticados en mujeres, generalmente no han conseguido reconocer el impacto de ser víctima.
Reconocer el trauma y comenzar la recuperación
Debido a que los síndromes traumáticos tienen rasgos básicos en común, la recuperación proceso también sigue una vía común. Las etapas fundamentales de la recuperación son establecer la seguridad, reconstruir la historia del trauma y restablecer la conexión entre los sobrevivientes y su comunidad.
Los supervivientes nos desafían a reconectar fragmentos, a reconstruir la historia. También a encontrar significado a sus síntomas actuales a la luz de eventos pasados.
El trabajo que desarrollamos en Psicología Relacionarte tiene que ver con ayudar a conocer las respuestas adaptativas al estrés. El profesional trabaja con la persona afectada por el trauma; la ayuda a encontrar formas constructivas de afrontar el impacto emocional.