Los elementos del disfrute y calidad de vida

Nuestros estudios sugieren que la fenomenología del disfrute y calidad de vida tiene ocho componentes importantes. La gente reflexiona acerca de cómo se siente cuando su experiencia fue muy positiva; entonces mencionan por lo menos uno, y frecuentemente todos los rasgos siguientes:

Rasgos Componentes:

  1. Una actividad desafiante que requiere habilidades. Suele ocurrir cuando nos enfrentamos a tareas que tenemos al menos una oportunidad de lograr.
  2. Combinar acción y conciencia. Debemos ser capaces de concentramos en lo que hacemos.
  3. Metas claras y retroalimentación. Normalmente la concentración es posible porque la tarea emprendida tiene unas metas claras y nos ofrece una retroalimentación inmediata.
  4. La concentración sobre la tarea actual. Las actividades agradables requieren de un enfoque total de la atención en la tarea presente. Así no queda espacio alguno en la mente para las informaciones que no sean relevantes.
  5. La paradoja del control. Las actividades agradables que producen flujo tienen un potencial aspecto negativo; son capaces de mejorar el disfrute y calidad de vida por el orden que crean en la mente y pueden llegar a producir adicción si la personalidad se convierte en prisionera de un cierto tipo de orden. Entonces no desea enfrentarse a las ambigüedades de la vida.
  6. La pérdida de autoconciencia. La pérdida de la sensación de que uno es una personalidad separada del mundo que le rodea viene acompañada a veces por un sentimiento de unión con el entorno. Pero después, cuando la actividad ha finalizado y la autoconciencia tiene la oportunidad de volver, la personalidad de este individuo que ahora está reflexionando no es la misma que existió antes de la experiencia de flujo; ahora está enriquecida por habilidades y logros nuevos.
  7. La transformación del tiempo. El sentido de la duración del tiempo se altera; las horas pasan en minutos y los minutos pueden prolongarse hasta parecer horas. A esto se añade a la euforia que sentimos mientras nos encontramos en un estado de completa involucración con lo que hacemos.

La experiencia autotélica

Se refiere a una actividad que se contiene en sí misma; la que se realiza no por la esperanza de ningún beneficio futuro, simplemente porque hacerlo es en sí la recompensa. Muchas personas sienten que el tiempo que pasan en su trabajo está, esencialmente, malgastado; no están integradas en él y la energía psíquica que invierten en ello no sirve para fortalecer su personalidad. El ocio nos ofrece un respiro del trabajo, aunque generalmente consiste en absorber información pasivamente sin emplear ninguna habilidad ni explorar nuevas oportunidades para actuar. Como resultado la vida pasa en una secuencia de experiencias ansiosas o aburridas sobre las cuales la persona no tiene ningún control.

La experiencia autotélica, o flujo, eleva el transcurso de la vida a otro nivel. La alienación da paso a la involucración, el disfrute reemplaza al aburrimiento, la impotencia da paso al sentimiento de control y la energía psíquica trabaja para reforzar la personalidad en lugar de perderse al servicio de unas metas extrínsecas. Cuando la experiencia es intrínsecamente gratificante la vida está justificada en su presente, en vez de ser el rehén de un hipotético beneficio futuro.

La combinación de todos estos elementos ocasiona un sentimiento profundo de disfrute y calidad de vida que recompensa tanto a las personas, que éstas sienten que gastar una gran cantidad de energía para ser capaces de sentirlo es, simplemente, algo útil.

Csikszentmihalyi, M. 1990. Fluir. Una Psicología de la Felicidad. Barcelona. Kairós.